“La expresión corporal, convoca a todos. Porque en este quehacer se aprende a mover el cuerpo, a descubrir formas propias y novedosas de hacerlo, a indagar y desarrollar otros canales de comunicación, a disfrutar del placer del hacer corporal, adquiriendo seguridad en relación con las posibilidades corporales, enriqueciendo la propia imagen corporal y construyendo una identidad más rica”

(Jaritonsky, 2000).

¡Hagamos Historia!

Hace 200 años la niñez y la adolescencia no eran etapas de la vida como hoy se entienden en nuestra cultura. Los derechos de la infancia no existían. Pero, a las edades que hoy corresponde al ser adolescente  eran jóvenes que en su mayoría directa o indirectamente participaban en las luchas libertadoras. Cuerpos con poca o ninguna preparación física especial,  tanto para la guerra como para la paz.
Con el nombre de “ejercicios físicos “, la gimnasia comenzó a practicarse en la segunda mitad del siglo XIX, fue en los institutos militares para la instrucción de la oficialidad.
En la década  de 1880 se fundó el Club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, y hubo que esperar hasta 1892 para que  con la participación  de alumnos de escuelas primarias se efectuara el  torneo gimnástico y la inclusión pública de las mujeres llegaría recién en 1910 con el primer Concurso Nacional.
Es en este Bicentenario de la gesta de Mayo un desafío para las/los docentes celebrar con el cuerpo en movimiento de niñas y niños y las/los jóvenes. Una oportunidad de abrirse a la libertad, al reencuentro con el espacio público; como práctica emancipadora de nuestra condición corpórea, naturaleza y cultura, y una dimensión única para la formación de sujetos plenos, participativos y críticos que intervienen  en una sociedad de diversidad y democracia.

COLABORAN CON ESTE PROYECTO: